martes, diciembre 18, 2007

LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS Cap I (Vista por el gobierno de Lerroux)

Anecdotas sobreLa revolucion de Asturias (Cap. 1)

LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS DE OCTUBRE DE 1934



Inicia la campaña revolucionaria el partido socialista al día siguiente de su desplazamiento del Poder. Todavía dentro del Gobierno, el partido socialista ya preveía la revolución y procuraba prepararla.
El Sr. Largo Caballero, en uno de sus discursos, dirigido a los traba-jadores, lo ha declarado terminante-mente: «Lo primero que tendremos que hacer -dice- es desarmar al ca-pitalismo. ¿Cuáles son las armas del capitalismo? El Ejército, la Guardia civil, los guardias de Asalto y, en general, la Justicia. Y en su lugar, ¿qué? Esto: armamento general del pueblo. Yo he dicho dos veces en Consejo de Ministros que esto era indispensable(1).»
El día 10 de octubre de 1913, El Socialista escribe estas palabras: «Suponemos que ningún trabajador consciente ignora el valor real de las elecciones convocadas. Son, desde hace veintitrés meses, las únicas auténticas en cuanto susceptibles de reflejar cómo se orienta, respecto de su destino, el país.» Y añade esta advertencia revolucionaría: «Cual-quiera que sea el resultado de las elecciones en España, se avivará la actual situación revolucionaria... Sea el que sea el resultado electoral, triunfará la revolución proletaria.»

LAS ELECCIONES

En absoluta libertad España para expresar su pensamiento político, y al amparo de una ley electoral elaborada por un Parlamento en que constituían mayoría los Socialistas, se pronunció resueltamente contra éstos de una manera serena y elocuente. El resultado de las elecciones fue éste:
La derrota electoral aviva entre los dirigentes Socialistas la expresión revolucionaria. Ya no hay duda. El Socialista dice, a los pocos días de celebradas las erecciones: «La revolución es inevitable, porque la provoca la burgesía con sus feroces intransigencias.» Sin duda, en la terminología socialista, una victoria electoral es una intransigencia de los adversarios...


(1) FranciscoLargoCaballero: «Discurso a los trabajadores». Madrid, 1934.


CENTRO
Radicales ........................................... 104
Conservadores .................................... 11
Liga ... ................................................. 25
Liberales demócratas.......................... 10
Progresistas........................................... 3
Republicanos independientes............. 14

Total.............................................. 167

DERECHAS
Acción Popular................................. 113
Agrarios............................................. 32
Nacionalistas vascos......................... 11
Tradicionalistas y monárquicos...... 43
Indefinidos......................................... 8

Total............................................ 207

IZQUIERDAS
Esquerra.............................................. 20
Orga..................................................... 6
Radical Socialista................................ 1
Radicales socialistas independientes. 4
Acción Republicana........................... 5
Unión Socialista de Cataluña............. 3
Socialistas.......................................... 57
Federales............................................. 2
Comunistas.......................................... 1

Total................................................. 20

TOTALES
Centro................................................. 167
Derechas............................................. 207
Izquierdas............................................. 99

Total general................................ 473




LOS COLABORADORES DE LA REVOLUCIÓN


LOS CATALANISTAS

El Gobierno de Cataluña, dirigido por cl Sr. Companys, se dio prisa, después de la derrota electoral, a recabar ávidamente todas las prerrogativas y franquicias que generosamente atribuyen la Constitución y el Estatuto. Gobierna en España, por entonces, después de algunas incidencias políticas, un Gabinete presidido por D. Ricardo Samper, radical, asistido por los más fuertes grupos parlamentarios. Aprovecha el Gobierno de Cataluña el sentido estrictamente jurídico y la delicadeza democrática de aquel Gobierno para apoderarse de los mandos, del Orden público y, en general, del control de todas las fuerzas armadas y policiales de Cataluña.
El famoso consejero de Gobernación, Dencás, armó sin escrúpulo a los jóvenes milicianos separatistas, a quienes el pueblo habla bautizado con el nombre de escamots.
Desconfiando de la veterana y gloriosa milicia popular rural catalana, llamada el Somatén, cuyo patriotismo y amor a España se conservaban desde las guerras napoleónicas, dicho consejero las desarma por sorpresa en una noche, y convierte aquel Cuerpo ejemplar, de tipo patriarcal y campesino, muy de acuerdo con la sana psicología del catalán, en una tropa política a su servicio. Las armas del Somatén fueron entregadas a jóvenes extremistas, separatistas, elegidos por Dencás.
El día 30 de abril, los elementos dirigentes de la Generalidad de Cataluña se ponen al frente de una manifestación de tipo revolucionario, en el que se dieron mueras a España y se cantó el himno anticastellano Els 8egadors.
He aquí algunos textos que denotan el estado de rebelión en que el Gobierno autónomo se habla colocado:
Nota dirigida al Gobierno de Madrid en 7 de junio de 1934: “El persistente error de los Gabinetes de la República en contra de la autonomía ha producido en la opinión pública catalana un nerviosismo que precisa contener.” Mitin de Vendrell del 11 de junio. Palabras del señor Companys: “El fallo del Tribunal de Garantías (1) es un ataque á la autonomía, al Estatuto de Cataluña y un acto de agresión a la ley fundamental de la República.” “El Gobierno de Cataluña, con la confianza de su Parlamento, marcará la pauta de cada hora, la actitud de cada momento y el gesto de cada minuto.”
Para reforzar más claramente su actitud, para que no cupiera duda en los propósitos
que animaban si Gobierno de Cataluña, dijo su presidente, en aquel mitin, que «para defender el prestigio de Cataluña y las libertades catalanas deberán ofrecer todos

(1) Se refiere al fallo que declaró nula la llamada «Ley de Cultivos».



los hombres de Cataluña, si es preciso, la sangre de sus venas».
Los parlamentarios catalanes se retiraron del Congreso; y en la sesión en que lo hicieron, los socialistas, por boca del Sr. Prieto, declararon su solidaridad con los rebeldes. Les ofrece en la sesión del 25 de junio el apoyo de las masas socialistas, y declara lo siguiente:
«Si vosotros -se dirige al Gobierno-, empujados por el odio antirrepublicano de todas esas gentes que os ayudan, llegáis a pelear, en términos que yo no quisiera ver registrados en la historia, con Cataluña, Cataluña no estará sola, porque con ella estará el proletariado español.»
Un diputado catalán, D. Mariano Rublo, hizo en Rentería (Guipúzcoa, País Vasco) la terminante declaración de que los catalanes estaban armados y preparados para levantarse.
Efectivamente, las juventudes de Etat Catalá se adiestraban, a la vista de todo Barcelona, en el manejo de las armas.
El día 11 de septiembre, en la Audiencia de Barcelona, durante la vista de una causa contra el abogado separatista Sr. Xammar, al leerse la sentencia que le condenaba a una levísima pena por el delito de desacato, otro abogado prorrumpió en vivas a Cataluña libre y mueras a España. Un público de separatistas, evidentemente preparado para el caso, irrumpió en estrados, intentando agredir al Tribunal. Uno de los asaltantes arrojó un tintero contra el presidente, Sr. Emperador. Entonces ocurrió un hecho Insólito. El Jefe superior de Policía de la Generalidad, Sr. Badia, ordenó, no la detención de los asaltantes, sino la del fiscal del Tribunal, Sr. Sancho, que fué conducido a la Comisaría.
Muy forzadamente, y rodeando el caso de todo género de consideraciones personales para el protagonista el Sr. Companys destituyó al señor Badia. Pocas horas después asistía el Presidente de la Generalidad a un homenaje que se tributaba al funcionario destituido, y en el que se dieron gritos de «¡Muera España!» y “¡Muera la justicia española!» Esto ocurría en los últimos días de septiembre de 1934, víspera de la revolución.

«LOS REPUBLICANOS DE IZQUIERDA»

Otro aliado de la revolución es el bloque izquierdista, en el que figuran políticos desplazados, por las elecciones del Gobierno de la República, y alguno de los cuales no logra obtener siquiera su acta de diputado.
Las coincidencias de este grupo con los revolucionarios se produjeron en el mitin de 16 de abril de 1934, celebrado en el cine Pardiñas, de Madrid. Hablaron en aquel mitin los Sres. Casares Quiroga, Marcelino Domingo y Azaña. Este terminó sus discursos con estas palabras:
«Es hora de dejarse de conversaciones estériles; es hora de abandonar la pura táctica de partido e incluso la táctica parlamentaria, que es de segundo orden en la situación actual (1). La barrera formidable republicana es la que tenemos que formar, y al frente de ella estamos nosotros dispuestos a salir andando. Barrera republicana. República victoriosa. ¡Revolución!”

(1) Hay que recordar que, durante la época de su mando, el Sr. Azaña, parlamentarista exaltado, llegó a colocar en la jerarquización de los poderes de la República, en primer término, el Parlamento.

(Continuará)

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